viernes, 28 de mayo de 2010

Episodios De La Revolución - Bartolomé Mitre


Bartolome Mitre (1821-1906) fue uno de los grandes hombres que fundaron la Patria.
Estadista, militar y literato, vivió y estuvo al frente del país como presidente en las épocas más difíciles.
La guerra de la Triple Alianza (1865-1870) fue uno de los mayores desafíos que debió encarar; pero no fueron más fáciles los problemas políticos internos que amenazaban con desintegrar a la República.
Entre sus obras se destacan Historia de Belgrano y la Independencia Argentina, Comprobaciones Históricas, y Arengas e Historia de San Martín.

ESTOS SON ALGUNOS FRAGMENTOS QUE ME GUSTARON:

En EL GENERAL LAS HERAS:

Hay héroes de circunstancias que ocupan y abandonan bulliciosamente la escena de la historia. Por una ilusión óptica a veces aparecen grandes a los ojos de sus contemporáneos, más bien por el medio en que viven y los accesorios que los rodean, que por sus propias cualidades y por sus propias acciones.

Estos son los héroes teatrales de la historia. Para brillar, necesitan de las luces artificiales de la popularidad pasajera. Sólo se estimulan con los aplausos de la calle y de la plaza pública. No hay elocuencia posible para ellos sino en lo alto de la tribuna y en medio de una pomposa decoración, ni heroísmo sino en presencia de millares de testigos. Esclavos de ajenas pasiones y de su propia vanidad, sólo conciben la gloria en un carro triunfal arrastrado por adoradores. Prefieren una corona de cartón dorado, con tal que todos la tomen por oro de buena ley, a la inmortal corona del laurel sagrado que sólo resplandece en la oscuridad de la tumba. Hambrientos de vanagloria, ebrios de aplausos, enfermos de celos y de vanidad pueril, el aplauso de la propia conciencia no llega a sus oídos, la verdadera gloria no les satisface, el silencio los anonada, la soledad les hace creerse muertos, y el retiro es para ellos como el vacío de la máquina neumática que apaga los sonidos.

Sobre la tumba de éstos nunca se escribió el sublime epitafio de Esparta: "Murieron en la creencia de que la felicidad no consiste ni en vivir ni en morir, sino en saber hacer gloriosamente lo uno y lo otro".

Los hombres grandes por sí mismos, que no trafican con la gloria, para quienes el mando es un deber, la lucha una noble tarea, y el sacrificio una verdadera religión; los que al abandonar el teatro de la vida pública no tienen que despojarse a su puerta de las galas prestadas de un día, y queman el aceite de su propia vida en la lámpara de sus vigilias, ésos viven en paz y conversan familiarmente con el genio de la soledad, que en el silencio serena su alma agitada por las tempestades populares. A esos hombres sienta bien el modesto retiro en que pueden ser estudiados y estimados por lo que en sí valen, despertando la admiración o la simpatía por calidades superiores a los engañosos prestigios de la prosperidad.[…]


EXTRAÍDO DE "EPISODIOS DE LA REVOLUCIÓN" DE BARTOLOMÉ MITRE.
COLECCION EDITADA POR DIARIO POPULAR Y EL DIA. 1995


Aqui les dejo el link de descarga:

Bartolome Mitre - El general Las Heras.doc


Y Aqui tienen el link de descarga donde encontraran los episodios de la revolucion:

Bartolome Mitre - Paginas De Historia.pdf

jueves, 27 de mayo de 2010

La Mujer En La Muralla - Alberto Laiseca


La mujer en la Muralla
es la parábola de un emperador feroz y genial, Chi’n Hsih Hwang Ti, y de la construcción de su obra ciclópea, la Gran Muralla China. Pero es también la aventura múltiple y fascinante del pueblo que admiró y padeció al déspota. Por las páginas de este libro desfilan en sordina el cauteloso sabio Lai Chú, los letrados caídos en desgracia, la ascendiente secta de los eunucos, y también esposas, concubinas y prostitutas idealizadas. Y, en el corazón de la historia, la abnegada Men Chiang Nü, que sigue hasta los confines del imperio a su marido letrado, porque éste ha sido reclutado para trabajar en la inhumana construcción de la Muralla. Con refinamiento y una comprensión luminosa por los afanes y padecimientos de sus personajes, Laiseca actualiza un mundo diverso y extraordinario, a través de sus detalles cotidianos y sus visiones más profundas. Celebrada unánimemente, La Mujer En La Muralla es uno de los puntos más altos en la obra de este escritor incomparable.



ESTOS SON ALGUNOS FRAGMENTOS QUE ME GUSTARON:

1ero
[…]La toma de Han Tan fue tan espantosa e inusual que se conoció durante mucho tiempo como "La violación de Han Tan"*. Las costumbres bárbaras del Reino de Ch'in (que plagiaron de sus "amigos" - adversarios - los Hsiang Nu y los Hu del Norte) fueron una impronta nueva en China. A partir de aquí el abuso con las mujeres se ritualizó: fue una obligación castrense violarlas. Los oficiales castigaban por ineptos a los subordinados que no lo hacían […]

* A fines de 1937y principios de 1938, durante la guerra chino-japonesa, los soldados japoneses, que habían tomado Nanking, realizaron con muchas mujeres una especie de violaciones místicas: los combatientes entraban en un plano subliminal donde perdían el yo. Innumerables chinas fueron atadas desnudas a camas y violadas hasta morir. Fue tan horrible que esto (sin nombre) fue conocido con el nombre de "la violación de Nanking". Las tropas de Chau Siang primero y las de su famoso bisnieto Hsih Hwang Ti (el que construyó la Muralla) hicieron esto mismoo, a veces, a fin de aterrar a los que se resistieran. No sabían estos tontos que el pueblo jamás se aterroriza y sí se enfurece. Los hombres no aprenden.


2do
[…]--Maestro I Yön, Príncipe: tú bien sabes que en la más remota antigüedad, antes de que existiese el Imperio, los campesinos y las tejedoras de seda formaban comunidades trogloditas separadas. Se unian dos veces al año, en los cambios de estación, con un rio de por medio. Los varones más fuertes atravesaban primero el río y conseguían a las doncellas mas hermosas. Los hombres cantaban y las mujeres respondían. Es por eso que podemos leer en el Libro de la Historia que "el Yang llama y el Yin responde". Luego tenían lugar danzas, rituales, uniones sexuales colectivas. Reproducían, sin saberlo, las transformaciones del Pa Kua que básicamente son dos pero en realidad tres: primero la cabeza (convicción) . Luego los pies (accionar de acuerdo con el convencimiento). Por último el medio: sexo y corazón. Todo se consuma sin llegar a la completa transformación en el opuesto.* […]

* Dice Hegel: "Cuando una idea se expande hasta el infinito se transforma en su opuesta". Pero justamente por eso es que Tao no llega a los extremos. Se detiene un momento antes de la completa identificación. Hay una distancia mínima, final, que se conserva.


3ero
[…] La chusma a veces es incomprensible. ¿Por qué gritan "más" si no hay más? Ya la víctima fue despojada de sus genitales. ¿Que otra cosa, importante y trascendente, que desprovea y humille, se le puede sacar? El populacho carece, decididamente, de Li, condiciones del caballero. Es muy propio de las turbas, de la gente inferior, pedir la repetición de lo único.[…]

4to
[…]Hace quinientos años, cuando los Chou aún eran fuertes, vivía un famoso ladrón llamado Chuh. Lo habían capturado cien veces pero siempre lograba evadirse, por grandes que fuesen las precauciones para tenerlo a buen recaudo. Luego que lo atraparon por vez ciento una, el juez Fo determinó que ya no iba a huir. Por lo tanto ordenó a su gente del Yamen que encerraran al prisionero en una celda de escape imposible: techo, piso y paredes tenían planchas de hierro atornilladas. Siempre había luces encendidas y además colocó guardias de vista.
Iban a ejecutarlo a la mañana siguiente y Chuh pidió como último deseo pasar la noche con su mujer.
El juez accedió pero con una condición: su esposa entraría y saldría desnuda del cuarto. Por lo demás los guardias de vitsa iban a permanecer vigilando como siempre.
Fo no decretó lo anterior por crueldad sino porque el prisionero se pusiese las ropas de su mujer y, disfrazado, volviera a escaparse.
Ellos, después de aceptar la imposición pasaron la noche entera practicando el "juego de las nubes y de la lluvia", sin prestar atención a los guardias que estaban un poco incómodos.
A la mañana siguiente la mujer se fue y a él le cortaron la cabeza. El juez Fo sonrió feliz por su triunfo. Ignoró hasta el fin de su vida que Chuh se había escapado una vez más. ¿Cómo es posible? Muy sencillo: la mujer esa noche quedó embarazaday él logró fugarse a través de su hijo. Tal su forma de huir de la muerte.[…]


5to
[…]Lo tenemos a Tut, por ejemplo. Pero es una persona malísima: todos los años se las ingenia para comerse un bebé al horno. Yo soy mucho mejor persona; cada tanto les digo a mis cocineros que me preparen un lechón disfrazado de bebé: ya asado mis sirvientes le ponen ropitas como si se tratase de un niño, y en esa forma me consuelo. El deseo de comer ciertas carnes humanas no es sino el anhelo por alcanzar lo imposible. Si estuviera permitido uno querría comer otra cosa. Ocurre lo mismo con el amor. Son peligrosas obsesiones. Cuando por casualidad se alcanzan entonces uno quiere algo aún más difícil. Como conclusión: la mujer ideal existe. Es la que uno tiene en casa.[…]


EXTRAÍDO DE "LA MUJER EN LA MURALLA" DE ALBERTO LAISECA.
FABULA TUSQUETS EDITORES MAYO 1999